St. Francis of Assisi Weekly Reflections

Are You Yielding a Fruitful Harvest?

07-12-2020Weekly ReflectionWe Celebrate Worship Resource, Vol. 45, No. 3

Witness the cycle of life! Isaiah begins with rain and snow. They fall from the heavens, enabling the growth of plants and trees, which are abundant in oxygen; fruits and vegetables, all rich in nutrition; and rivers and lakes, which they fill with life-giving water. They then evaporate to return to the heavens where the cycle can begin anew. Jesus tells the crowds of the cycle that starts with a seed. When it falls onto rich soil, it produces fruit. What originated as a handful of seeds can now fed dozens. Its own seeds are replanted to produce another generation of fruit. The cycle goes on. Jesus explains to his disciples that the seed is the Word of God. When the seed lands on fertile soil, the word is digested by someone who understands it, takes it to heart, and spreads it on to others, making more disciples inspired by this same word. At the beginning of his Gospel, John identifies Jesus as the Word. Jesus came down from heaven, gathered disciples for his mission, suffered and died for our sins, then returned to the Father in glory. The rain, the seed, the word, Jesus Christ: all have come down to earth as gifts from God, giving us life and nourishment, sustenance and delight, purpose and mission, adoption and redemption.

How can you sustain these cycles of life?

¿estás Rendiendo Una Cosecha Fructífera?

¡Sé testigo del ciclo de la vida! Isaias comienza con lluvia y nieve. Caen del cielo, permitiendo el desarrollo de las plantas y árboles, que son abundantes en oxígeno; frutas y verduras, todas ricas en nutrición; y ríos y lagos, que llenan con agua que da vida. Luego se evaporan para regresar a los cielos donde el ciclo puede comenzar de nuevo. Jesús le dice a las multitudes del ciclo que comienza con una semilla. Cuando cae sobre un suelo rico, produce fruta. Lo que se originó como un puñado de semillas ahora puede alimentar a docenas. Sus propias semillas se replantan para producir otra generación de fruta. El ciclo continúa. Jesús explica a sus discípulos que la semilla es la Palabra de Dios. Cuando la semilla cae en un suelo fértil, el que la entiende la digiere, la toma en serio y la transmite a otros, haciendo que más discípulos se inspiren en esta misma palabra. Al comienzo de su Evangelio, Juan identifica a Jesús como la Palabra. Jesús bajó del cielo, reunió discípulos para su misión, sufrió y murió por nuestros pecados, luego regresó al Padre en gloria. La lluvia, la semilla, la palabra, Jesucristo: todos han bajado a la tierra como dones de Dios, dándonos vida y alimento, sustento y deleite, propósito y misión, adopción y redención.

¿Cómo puedes sostener estos ciclos de la vida?

 

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