As this Jubilee Year of Mercy comes to an end, Jesus' first disciples ask what every age seems to wonder about the end of the world: "Teacher, when will this happen? What sign will there be?" (Luke 21:7). But instead of what we'd like to know, Jesus tells us what we need to know. Don't be terrified by natural disasters, human violence, personal sufferings. Because God's mercy abounds, all is grace. "It will lead to your giving testimony" (21:13).
So Malachi promises "the sun of justice with its healing rays" (Malachi 3:20a); and Jesus describes how we should welcome the end: "Stand erect and raise your heads, because your redemption is at hand" (Gospel Acclamation, Luke 21:28). Rather than worrying about ourselves and the future's perils, both Jesus' gospel and Pope Francis' Jubilee Year of Mercy bid us go forth to spend our lives proclaiming God's promise of boundless mercy, but also translating God's mercy into living deeds of unfailing compassion and enduring comfort.
Al ir concluyendo este Año Jubilar de la Misericordia, los primeros discípulos de Jesús preguntan lo que en cada época parece preguntarse acerca del fin del mundo: "Maestro, ¿cuándo va a ser eso?" (Lucas 21:7). Pero en lugar de lo que nos gustaría saber, Jesús nos dice lo que necesitamos conocer. No se preocupen por desastres naturales, la violencia de las personas, el sufrimiento humano. Debido a la abundante misericordia de Dios, todo es gracia. "Esto les servirá para dar testimonio de mí" (21:13). El profeta Malaquías promete que "brillará el sol de justicia, que les traerá la salvación en sus rayos" (Malaquías 3:20a) y, Jesús describe cómo debemos recibir el fin "Levántense, alcen la cabeza; se acerca su liberación" (21:28). En lugar de estarnos preocupando por nosotros mismos y los riesgos del futuro, tanto el Evangelio de Jesús como el Año Jubilar de la Misericordia convocado por el Papa Francisco nos invitan a avanzar pasando nuestra vida proclamando la promesa de la abundante misericordia de Dios e interpretándola en obras vivas de compasión inagotable y consolación renovada.
—Peter Scagnelli, Copyright © J. S. Paluch Co., Inc.
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